Por Carlos M. Rodríguez C.
“La libertad es siempre la libertad de
aquellos que piensan de otra manera”
Rosa Luxemburgo.
Uno de los aspectos tratados por Marx, en sus escritos de juventud y parte de sus obras posteriores es el referido a la ideología.
Este tema ha sido estudiado por economistas, filósofos, historiadores, filólogos…
Etimológicamente la palabra ideología proviene del vocablo griegos «ιδεα» idea y del sufijo «λογια» «logía» que indica estudio, tratado, ciencia, por lo cual se puede definir como el tratado de las ideas.
Para Marx las creencias, ideas, conceptos, teorías, valores de una sociedad no son neutrales, sino que están determinadas por la estructura económica y las relaciones de producción de la misma.
Marx concibe a la ideología como una herramienta utilizada por la clase dominante para mantener su poder sobre las clases subordinadas a fin de garantizar el orden social y político, legitimar su autoridad, ocultar la explotación y la alienación de las clases dominadas y crear una falsa consciencia a los ciudadanos para que no vean la realidad objetiva de su situación y les impida derrotar a las estructuras de poder existentes.
Marx concibe a la ideología como una
herramienta utilizada por la clase dominante para mantener su poder sobre las
clases subordinadas a fin de garantizar el orden social y político, legitimar su
autoridad, ocultar la explotación y la alienación de las clases dominadas y crear
una falsa consciencia a los ciudadanos para que no vean la realidad objetiva de
su situación y les impida derrotar a las estructuras de poder existentes.
De ahí podemos definir a la
ideología como una falsa consciencia, como un engaño tanto conceptual como
material de los hombres.
En su debate con los socialistas
utópicos Marx critica, fundamentalmente la falta de una base sólida y material
que sostenga los postulados sobre la cual se sustentarán las transformaciones
que conducirán a la nueva sociedad.
Éstos, los socialistas utópicos,
basaban sus principios en el humanismo, el liberalismo, y posteriormente en el
anarquismo, pero no llegaron a concretar cual es la base material de la
construcción social.
Este elemento es fundamental para
entender las razones por la cual escribo este artículo.
Sus principales representantes de
esta corriente son Owen, Saint Simón, Fourier.
Marx y Engels, por su parte, argumentan
que es la conciencia obrera, concretada en una praxis histórica, la que hará
posible la organización del proletariado en formas materiales de combate (léase
partidos, milicias, brigadas, organizaciones populares…) y logrará la derrota
del estado burgués, y con ello del aparato político (estado capitalista), su
estructura de dominación (léase mecanismos de dominación ideológica como lo son
la falsa consciencia expresada materialmente en el consumismo y las
desigualdades sociales, los aparatos represivos como son las redes sociales, estado,
ejército, cuerpos policiales.
Es entonces cuando, a través del
control de los medios de comunicación y la construcción de nuevas formas, que
se desarrollarán con la praxis revolucionaria hasta la conformación de una
sociedad socialista que devendrá, a nivel mundial, en una sociedad comunista,
realmente humana, consciente, verdaderamente transformadora.
Para eso es necesario que líderes
revolucionarios tengan una clara conciencia de clases, con el manejo de las
categorías en forma diáfanas, cristalinas, prístinas, sin ambigüedades ni
confusiones epistemológicas en sus discursos y los militantes de los grupos
revolucionarios, tanto sus líderes como sus militantes de base tengan una
visión clara de su papel y del papel de las organizaciones en las que militan.
Al soberano hay que hablarle
mirándole a los ojos, al corazón, al alma y al estómago.
Uno de los errores semánticos de las
referencias conceptuales es no indicar el carácter político de modificaciones y
cambios se van a hacer.
El capitalismo utiliza el vocablo
“transformaciones” cuando se trata de cambios burocráticos, economicistas.
Cuando se habla de transformaciones
sociales en el discurso de los revolucionarios éstas tienen nombre y apellido.
Son transformaciones socialistas,
revolucionarias, comunistas.
Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo,
Fidel Castro, El “Che” Guevara, El Comandante Eterno Hugo Chávez, entre otros, se
caracterizaban por dirigirse al pueblo en forma categórica y fundamentalmente clara,
diáfana, mirando al corazón y a los ojos tanto de sus enemigos como cuando se
dirigían al pueblo. Sin titubeos ni falsas
promesas.
La construcción de las comunas en Venezuela es un proceso inédito que tiene sus propias características y peculiaridades.
En marzo del 2021 se presentó la propuesta de ley para su aprobación por
parte de la Asamblea Nacional de la creación de las ciudades comunales como
parte de las estrategias del desarrollo
del “socialismo en las cinco dimensiones ética, política, social, económica y
territorial, con el objetivo de asegurar el ejercicio de la democracia
participativa y protagónica contenida en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, mediante el sistema de agregación comunal, como
apuesta para prefigurar una sociedad impregnada de una nueva espiritualidad socialista capaz”
de superar la decadencia capitalista, y lograr la irrupción del nuevo Estado
Social y Democrático, de Derecho y de Justicia.
En este documento se señala explícitamente el carácter socialista del reordenamiento del espacio territorial como estrategia política y social para la transformación de la sociedad capitalista a un modelo socialista revolucionario.
En esta propuesta se aclara que las trasformaciones deben ser orientadas hacia un modelo socialista revolucionario cosa que reclamamos en este artículo y que se obvia en la propuesta de transformación que formula el Presidente Maduro.
Los enemigos de la revolución socialista bolivariana aprovechan cualquier omisión para tratar de confundir, sacar provecho, desprestigiar el discurso político y con ello enmarañar el clima político revolucionario más de lo que vive actualmente el país.
Por eso es fundamental hacer, pedir explicaciones o señalar las situaciones que puedan afectar negativamente el camino revolucionario que vive el país.
El pueblo venezolano debe estar ojo avisor para evitar
deformaciones burguesas que puedan desviar sus luchas, sus sueños y sus deseos.
Para luego es
tarde.
El camino es largo y tortuoso pero no errado.
Patria socialista
o muerte.
carrodcas@gmail.com
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