Por Carlos M. Rodríguez
C.
“La libertad es siempre la
libertad de
aquellos que piensan de otra
manera”
Rosa Luxemburgo.
Cuando pequeño era fanático de una serie de películas transmitidas
por las televisoras locales en las cuales se destacaban personajes creados para
colonizar en forma subliminal la mentalidad y el pensamiento de
los habitantes de los países a los cuales habían dominado a través
de la imposición de la economía del petróleo.
Supermán, Batman y Robin, Marvila la Mujer Maravilla, El
Fantasma o Duende que Camina, Bonanza, Rin Tin Tin, Lassie, Educando a Papá, Yo
Quiero a Luci son entre otros series en las cuales se exalta el valor, el coraje, las virtudes de la mass media gringa..
Me recuerdo de una película de vaquero llamada La Ley del
Revolver. El principal protagonista era
el sheriff del pueblo llamado Dillan y era llamado el Marshal Dillan por su
auxiliar llamado Chester.
El Marshal Dillan era el vaquero más rápido con la pistola,
audaz, inteligente y, por supuesto, apuesto del pueblo.
El Marshal Dillan imponía le ley y también el orden. Pero
su autoridad era un imperativo que pasaba más allá de la justicia.
EL Marshal Dillan era el dueño del pueblo y se hacía lo que
él ordenaba.
Viendo el comportamiento de Trump me recuerda al Marshal
Dillon referido anteriormente.
Trump es el propio americano supremacista, racista,
machista, arrogante, imperialista y fascista.
Esta forma de actuar es producto del permanente proceso de
colonización que ha caracterizado a los E.U. a través del cual ha invadido,
silente pero paulatinamente, a las naciones bajo sus zonas de influencia.
Y a otros países a través de la invasión armada como lo
fueron los países africanos (Irak, Irán, Argelia, El Congo…), Asiáticos (Hong
Kong, Corea del Sur.), Latinoamérica (La base de Guantánamo en Cuba, Panamá,
Guayana Inglesa…) entre muchos otros.
El Marshal Dillan moderno (léase Donald Trump) ha desglosado
su nueva política, tanto a la interno como a lo externo, del país.
Trump es el prototipo del Imperialismo Norteamericano. Pero no es sólo imperialista sino también
colonialista. Asume el control económico de los países que le proporcionan recursos
pero también los controlan desde el punto político convirtiéndolos parte de su
territorio.
Durante el siglo XX, Estados Unidos extendió su influencia
política, económica y cultural en diferentes países latinoamericanas sin crear colonias
formales.
Los E.U. Intervinieron en los asuntos internos de países
como Panamá, Cuba y Nicaragua, con el objetivo de asegurar su control de
recursos estratégicos y su dominación regional.
Trump ha desglosado su política a lo interno de los Estados
Unidos.
Los puntos cruciales son la 1) Eliminar la migración. 2)
Proteccionismo extremo y guerra comercial. 3) Eliminación de regulaciones
ambientales. 4) Retrocesos en igualdad de género y diversidad.
Este proyecto ya ha generado respuestas en su contra, no
sólo internamente sino también hacia fuera de las fronteras de los E.U.
Trump vuelve a la política colonialista al amenazar con
apropiarse de Canadá, Groenlandia, El Canal de Panamá, situación que lo ha
llevado a la confrontación con sus gobernantes.
En contra de Venezuela Trump ha diseñado una estrategia que
va, desde mantener y profundizar el bloqueo a la
economía del país, así como la prohibición del funcionamiento de Chevrón Texaco
y aumentar la presión económica con el aumento del dólar paralelo, pechar a las
empresas que hagan transacciones económicas con el país.
Por otra parte aumenta la presión bélica al estimular la
penetración de cargueros petroleros en la zona en reclamación del Esequibo lo
que puede conllevar a una confrontación entre el gobierno de Guyana y
Venezuela, cosa que viene planteándose desde hace un tiempo para acá.
Trump ha sido categórico y dijo que cualquier error por
parte del gobierno de Venezuela podría acarrearle respuestas militares por
parte del gobierno de los Estados Unidos.
Hace pocos días el gobierno venezolano denunció la
presencia de un buque de guerra norteamericano en las aguas del Esequibo poniendo
en peligro la estabilidad y la amenaza de enfrentamiento bélico entre ambos
países.
En tanto la oposición disociada venezolana ha propiciado y
aplaudido estas acciones.
María Corina Machado, llevada de la mano por Marco Rubio
ante el Pte. Trump, ha propiciado el enfrentamiento entre ambos países y estimulado
a los opositores radicales a generar actos de violencia dentro de Venezuela en
los cuales hayan fallecidos, heridos y detenidos para justificar una intervención
por parte de los E.U. y algunos países suramericanos (Ecuador, Chile,
Argentina) para invadir y apresar al Pte. Maduro y parte de su equipo de
gobierno y colocar al beodo E.G.U. como presidente electo y a M.C.M. como su
mentora y miembro del equipo gubernamental con el cargo de Vicepresidenta y
ministra de Seguridad y de Economía.
El Marshal Dillan moderno ha dado señales irrefutables de
querer llevar a cabo su proyecto neocolonial.
El traslado a El Salvador a migrantes venezolanos acusándolos
de ser delincuentes miembros del Tren del Llano sin pruebas concretas y
valederas que lo sean constituye una violación fragante a los Derechos Humanos
en cualquier parte del mundo.
La imposición de intereses
a las empresas que tengan relaciones comerciales con Venezuela es una medida imperialista
que restringe los derechos económicos de las empresas y afecta la economía y
calidad de vida de los venezolanos.
Mientras tanto en Venezuela el alza del costo de la vida
continúa su marcha ascendente, los medicamentos escasean, la economía sufre
descalabros, la salud, educación, servicios públicos, energía eléctrica, explotación
y refinamiento del petróleo, gas doméstico padecen de obstáculos para un
generar un servicio eficiente y alcanzable.
Incluso, hasta presidentes de países que se consideran aliados
nuestros han conspirado contra el pueblo venezolano tal como ocurrió con la
negativa por parte del presidente Lula de Brasil en votar a favor del ingreso
de nuestro país a los BRICS.
Pero Venezuela es una nación de hombres dignos, valientes, indómitos,
rebeldes, descendientes de libertadores.
Evocando los programas televisivos de aquella época a la
cual hice referencia al inicio de éste artículo hay uno que se llamaba Speedy
González que se trataba de un ratoncito mexicano, de gran velocidad y astucia el
cual se enfrentaba al gato gringo, llamado Silvestre,
al cual lo ridiculizaba por su torpeza y estupidez al querer atraparlo.
Speedy González emitía sus arengas:"¡Ándale! ¡Ándale! ¡Arriba! ¡Arriba! Para animarse y
burlarse de Silvestre el gato imperialista que nunca pudo alcanzarlo.
El Imperialismo Norteamericano
representa al Gato Silvestre que nunca pudo alcanzar a Sppedy González debido a
la astucia de este último. Mientras Sppedy
González representa al pueblo venezolano que, pese a las sanciones, invasiones,
sabotajes, atentados, guarimbas nunca se ha rendido ni nunca se rendirá.
Trump, el Marchal Dillan moderno, el gato Silvestre del
comic, ha hecho todo lo posible por doblegar la entereza, la valentía, la
astucia del pueblo venezolano, del Speedy González del cuento y sus gobiernos inclusivos,
revolucionarios y no lo ha logrado.
Hoy más que nunca el pueblo venezolano muestra la valentía,
el valor, el coraje y levanta su puño izquierdo y pone su mano derecha en el
corazón gritando a todo pulmón: “La patria socialista no se rinde jamás” O sea ¡ándale!,
¡ándale!, ¡arriba!, ¡arriba!
Hacer la Patria Libre o Morir por Venezuela
@ChávezViveLaLuchaSigue#
carrodcas@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario